EDITORIAL / Golfos

La catadura de los dirigentes del Partido Popular ha caído un peldaño más a raíz de la investigación de la denominada 'trama Aquagest': ahora, ya no sólo son corruptos y ladrones, sino además puteros. Y eso es gravísimo en un grupo que gusta de ufanarse de sus valores morales y que tiene mujeres en muchos cargos directivos.

Porque el recurso a la prostitución en el caso de hombres poderosos y, por ello, con atractivo es una indecencia, se mire como se mire... Ya puede esforzarse ahora La Moncloa en dignificar el oficio más viejo del mundo (que si es esclavitud encubierta, que si hay trata, etc.) que muchos españoles van a creer que conocen el tema de primera mano.

El tema es más grave en Asturias, donde preside el PP una mujer a la que muchos paisanos aún recuerdan diciendo que su jefe Álvarez Cascos era "mucho hombre para una sola mujer", cuando intentaba justificar sus conocidas infidelidades... Aunque ha pasado mucho tiempo y ni uno ni otra son ya bombas hormonales, así que las cosas se verán ahora de otra manera.

Todo ello por no hablar del dinero que financia todo el puterío del que habla el servicio de Aduanas en su informe sobre Aquagest –que tiene alucinada Asturias y que puede leerse aquí–. Porque si los pagos no son privados sino públicos, el tema pasa de ser una golfería a ser un delito. Así que habrá que ver cómo acaba todo esto de Aguas de Barcelona (que es la empresa; 'Aquagest' no es más que una marca). La gente de derechas no se merece estos dirigentes.

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