Llegados hasta aquí

Por JOAQUÍN DEL RÍO

Comienza hoy, al fin, la tercera temporada de mi periódico 'Astures' y lo hace convencido de que será la última si no cambian las circunstancias. Porque el Periodismo ha muerto y ya no hay (ni habrá) medios como los de antaño. Yo me crié profesionalmente en los grupos editoriales Dieciséis y Zeta y aprendí en ellos que la escritura y la profesión se pagan, pero me muevo ahora en un entorno en el que ni la escritura se paga ni la profesión se valora –y viceversa–, de modo que mis sueños de periodista resultan insostenibles.

Vivo en un mundo en el que tiene más difusión un texto de Wikipedia que el escrito de un experto, aunque el primero diga que el grupo The Beatles era norteamericano (no es broma, acabo de leerlo); cuando hasta las personas menos informadas saben que la banda nació en Liverpool.

Y compito cada día con compañeros que quieren explicar la crisis humanitaria de Europa o el conflicto de Oriente Medio sin saber dónde está Israel o quién es Al Assad... seguramente, porque me voy haciendo viejo. Y no estoy dispuesto a pasar por ello, sobretodo porque no lo necesito.

Recientemente, me replicó un médico amigo que mi profesión era una reliquia del pasado, cuando yo le dije que el galeno que miraba al paciente ya no estaba de moda. Y reconozco aquí que los dos teníamos razón: ni hay doctores interesados por la enfermedad ni hay reporteros que quieran saber la verdad de las cosas. Así que tanto mi amigo como yo somos bichos en extinción.

No obstante, el profesional siempre apura lo suyo hasta que no puede más. Y yo me veo con ganas de mantener 'Astures' una temporada más... temporada que empieza hoy.