EDITORIAL / Turbias aguas

El fallecido presidente de Asturias Sergio Marqués (que aprendió política de Francisco Álvarez Cascos, como la actual presidenta del Partido Popular de Asturias) solía decir que en política no hay casualidades, sino "causalidades" y siguiendo sus enseñanzas no sería descabellado concluir que el 'caso Aquagest' lo ha hecho estallar alguien desde dentro del PP.

Porque, gracias a él, Cherines Fernández ha puesto en la picota a sus tres enemigos internos de más peso: el ovetense Agustín Caunedo, el gijonés Manuel Pecharromán y el avilesino Joaquín Aréstegui... en un momento en que muchos de los suyos pueden repudiar su oferta a Foro para volver al redil (oferta que, según distintas fuentes, podría devolver a Cascos a las Cortes Generales –con escaño en el Senado– por su pacto con el PP al que traicionó). Por no decir que el tema viene de Aduanas, un departamento cuya información controlan los ministerios de Hacienda e Interior.

En todo caso, el tema es tan turbio que da repelús hablar de él, aunque ningún amante de la política puede sentirse ajeno porque cosas como ésta pasan en todos los partidos... en todos, los viejos y los nuevos, los de derecha y los de izquierda; de hecho, uno de los primeros editoriales de este casa contaba qué es eso del 'abrelatas', el personaje que en esta trama interpretaba el popular Joaquín Fernández.

Así las cosas, 'Astures' no tiene nada que añadir a lo que dijo hace días en este editorial: 

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