Por Juan Tortosa Querido Felipe González, fuiste un encantador de serpientes, un jovencito dicharachero y seductor que conseguiste estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Te voté, Felipe, yo también te voté en el 82, pero ya te vi el plumero cuando pocos días antes del referéndum de la OTAN, nos dedicaste el chantaje más explícito de tu vida: "Llamamos a votar SÍ a permanecer en la OTAN", dijiste. "Si sale NO, tendrá que ser otra persona quien lo gestione." Te habíamos votado porque prometiste un referéndum para sacarnos de la Alianza y lo convocaste para quedarnos. Nos vacilaste con todo el equipo. Fue la primera vez que nos chuleaste descaradamente. Años después, en 1993, redondeaste la faena cuando, habiendo perdido la mayoría, dijiste haber entendido el mensaje, y resulta que lo que entendiste no fue que tenías que mirar hacia tu izquierda, que fue lo que muchos creímos. Tú no, tu manera de entender el mensaje fue… inaugurar la saga de pactos con l...