EDITORIAL / Presidentes

Salen ufanos los jefes de comunidad autónoma de España tras participar con Mariano Rajoy en un acto llamado Cumbre de Presidentes; seguramente, porque creen que la reunión ha sido muy importante. Pero no lo ha sido tanto, ya que a ella no acudieron los representantes de una quinta parte de la población de España –en términos demográficos– y los importantes –desde un punto de vista político–, porque no estuvieron ni Cataluña ni Euskadi.

Eso de la Cumbre de Presidentes es una cita que se inventó José Luis Rodríguez Zapatero para darle empaque a sus decisiones cuando gobernaba en minoría parlamentaria. Y lo más importante de esta edición es que se haya celebrado, porque confirma que Rajoy ejerce desde la mayoría minoritaria... cuando tenía mayoría absoluta no la necesitaba y pasó años sin convocarla.

El problema de este año es que, al no acudir Urkullu ni Puigdemont se han quedado sin representación tres millones y medio de vascos y cinco millones de catalanes, lo que deja sin peso cualquier decisión... aunque Asturias esté de enhorabuena porque ha visto que se reconocía su antiguo problema de despoblación. ¡Para algo tenía que servir que Javier Fernández esté ahora tanto tiempo en Madrid como en Oviedo!

En realidad, la Cumbre ha sido poco más que una fotografía para la propaganda, pero de eso vive mayoritariamente la actividad pública. Como la de los exdirigentes de UGT que pasaron la noche en el calabozo. Cuando salieron, quisieron decir que salían del juzgado sin mácula; pero no es verdad: salieron sin cargos, aunque serán investigados.

Los políticos suelen decir en casos como este de los sindicalistas que "están muy tranquilos", pero más tranquilo está cualquiera que no esté investigado por un juez. Aunque no lo proclame tan ufano.

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