EDITORIAL / Rita

Murió de un infarto la senadora ex-popular Rita Barberá, que fue muchos años alcaldesa de Valencia y que comenzó su declive con el famoso "caloret". Y su fallecimiento será usado en el debate de actualidad, aunque no debería ser porque la vida es más importante que la política. Por eso hay que tener claras algunas cosas:

–La ex-mandataria valenciana tiene un pasado tenebroso que no debe ser exonerado por su muerte. Sea por activa, sea por pasiva, la ex-alcaldesa de Valencia colaboró en la comisión de varios delitos y ya se sabe que la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento.

–El fallecimiento de Rita Barberá es un 'premio gordo' de la Lotería para el PP, que ya tiene a quién culpar de todos los males de la red Gürtel allí, máxime cuando la finada abandonó el partido en sus últimos meses de vida.

–La senadora no debió ser recordada en el Congreso de los Diputados, cámara de la que nunca formó parte. Y el homenaje de ayer es una forma de ponerse la venda antes de causar la herida.

–Probablemente, el desasosiego de la valenciana se originó hace días en el Tribunal Supremo, cuando vio que acabaría ingresando en prisión porque su partido, el PP, la había abandonado. Y eso la puso muy nerviosa, estando como estaba acostumbrada al oropel.

–Pero utilizar la muerte de un político en el debate es una indecencia, sea para ponerla a favor (como se quiso hacer cuando el asesinato de la presidenta de la Diputación leonesa) o sea para criticar al contrario (como se hizo en el Congreso cuando se negó a José Antonio Labordeta el minuto de silencio que se guardó ayer... por una senadora).

La vida es más importante que la política y 'Astures' despide hoy a alguien que la ha perdido, aunque fuera una ideóloga en sus antípodas.

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