EDITORIAL / Paréntesis

El Partido Popular ganará las elecciones autonómicas de Galicia con mayoría absoluta, pero el Partido Nacionalista Vasco tendrá un resultado insuficiente para gobernar Euskadi, de modo que necesitará al PSOE o al PP y preferirá pactar con éste a la vista del resultado gallego, lo que daría a Mariano Rajoy cinco votos vascos en su nuevo intento de investidura y dejaría ésta pendiente de un solo voto.

En el Congreso, se convertiría entonces en clave el único diputado de Nueva Canarias, una formación próxima al PSOE, pero no sujeta a la disciplina de voto socialista. Con este hombre (llamado Pedro Quevedo, recuerden el nombre) se podría intentar un 'tamayazo' como el que llevó a Esperanza Aguirre a ser presidenta de la Comunidad de Madrid: se compra el favor del contrario o, simplemente, su ausencia de la Cámara en el momento de la votación –lo que, a veces, es suficiente.

Los resultados de Galicia y Euskadi son previsibles según las encuestas, aunque también se sabe que estos estudios demoscópicos fallan mucho. De modo que es arriesgado crear expectativas sobre sus anuncios. Porque también puede ser que en Vitoria hubiera gobierno de izquierda, bien con el PS apoyando al PNV, bien con un acuerdo PSE-Unidos Podemos.

Y además puede ser que los populares deban sustituir a Mariano Rajoy por Núñez Feijóo en un intento de provocar menos antipatías para su continuidad en La Moncloa... de momento, la gente del presidente pierde fuerza en el Gobierno frente a los nombres de Soraya Sáenz de Santamaría, como se ha visto con la forzada renuncia de José Manuel Soria.

En todo caso, nada cambiará antes de las autonómicas del 25S. Hasta entonces, habrá un paréntesis en la política nacional y no se moverá una hoja en Madrid, digan lo que digan los compañeros del propagandismo.

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