EDITORIAL / El sindicato vertical
Xixón Sí Puede permitirá que Gijón siga gobernada por la derecha ultramontana de Foro, el partido fundado por Francisco Álvarez Cascos que ha mandado en la última legislatura con el apoyo del PP (lo que costó el cargo a Pilar Fernández Pardo, como se recordará). Porque no apoyará al socialista José María Pérez y, en cambio, solicitará el voto de éste para que sea alcalde Mario Suárez Fueyo.
Y la decisión está tomada diga lo que diga la consulta popular de hoy: si las papeletas apoyan a Fueyo, el referéndum será la coartada; pero si dicen lo contrario, la votación no será vinculante. Así que todo indica que la cita no es más que un paripé que pretende dar aspecto de decisión popular a una postura que será inamovible.
Muchos gijoneses firman un manifiesto de la Plataforma Cívica por el Cambio que exige un gobierno de izquierda para la ciudad, pero la marca local de Podemos no les hará caso. Y entregará la corporación a las huestes de Carmen Moriyón, cuya valoración más favorable sostiene que nada se ha parado en Gijón durante su mandato como alcaldesa.
Pero la decisión de Xixón responde a una vendetta de la Corriente Sindical de Izquierda más que a ninguna otra cosa, como demuestra el hecho de que contra Moriyón está Equo (que formó parte de su candidatura) y hasta parte de la Comisión Ciudadana de Podemos, de la que forma parte el abogado Fernando de Silva, que estuvo a punto de ser su cabeza de lista y que ayer estuvo en la reunión donde se presentó el manifiesto de la Plataforma.
Todo Gijón recuerda que los dos líderes de la Corriente estuvieron en prisión por destruir mobiliario urbano durante una manifestación del sector naval y nadie duda de que ese hecho está detrás del rechazo a Pérez... aunque mucha gente se pregunta qué efecto va a tener el apoyo de Podemos a Foro en las elecciones generales de este mes de noviembre. Y también para la CSI que sus militantes descubran que es un sindicato como el vertical.
Aunque el problema de Fueyo se llama Oviedo, ya que la capital ha retrasado el pleno y Podemos puede no mandar en Oviedo, si el PSOE no gobierna en Gijón; de modo que a estas horas resulta más oportuna que nunca una pregunta que este medio lleva haciéndose desde el 24M: ¿quién manda en Podemos?
Y la decisión está tomada diga lo que diga la consulta popular de hoy: si las papeletas apoyan a Fueyo, el referéndum será la coartada; pero si dicen lo contrario, la votación no será vinculante. Así que todo indica que la cita no es más que un paripé que pretende dar aspecto de decisión popular a una postura que será inamovible.
Muchos gijoneses firman un manifiesto de la Plataforma Cívica por el Cambio que exige un gobierno de izquierda para la ciudad, pero la marca local de Podemos no les hará caso. Y entregará la corporación a las huestes de Carmen Moriyón, cuya valoración más favorable sostiene que nada se ha parado en Gijón durante su mandato como alcaldesa.
Pero la decisión de Xixón responde a una vendetta de la Corriente Sindical de Izquierda más que a ninguna otra cosa, como demuestra el hecho de que contra Moriyón está Equo (que formó parte de su candidatura) y hasta parte de la Comisión Ciudadana de Podemos, de la que forma parte el abogado Fernando de Silva, que estuvo a punto de ser su cabeza de lista y que ayer estuvo en la reunión donde se presentó el manifiesto de la Plataforma.
Todo Gijón recuerda que los dos líderes de la Corriente estuvieron en prisión por destruir mobiliario urbano durante una manifestación del sector naval y nadie duda de que ese hecho está detrás del rechazo a Pérez... aunque mucha gente se pregunta qué efecto va a tener el apoyo de Podemos a Foro en las elecciones generales de este mes de noviembre. Y también para la CSI que sus militantes descubran que es un sindicato como el vertical.
Aunque el problema de Fueyo se llama Oviedo, ya que la capital ha retrasado el pleno y Podemos puede no mandar en Oviedo, si el PSOE no gobierna en Gijón; de modo que a estas horas resulta más oportuna que nunca una pregunta que este medio lleva haciéndose desde el 24M: ¿quién manda en Podemos?
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