EDITORIAL / Conciertos
Gijón alberga hoy y mañana dos conciertos que serán magníficos: el del popero inglés Elton John y el del rockero estadounidense Lenny Kravitz; aunque perderá dinero con ellos porque sus gestores políticos no han sabido programarlos, ya que parte de su público son el mismo.
En efecto, el pianista y cantante británico es un músico de los años setenta que perduró en el tiempo y, por tanto, sus espectadores van desde los cincuentones nostálgicos hasta los treintañeros románticos; mientras al exmarido de Vanessa Paradise le siguen cuarentones roqueros... pero son público potencial de los dos los amantes de la buena música, para los que ambas entradas seguidas suponen un gasto excesivo.
No es la primera vez que se comete este error en Asturias, donde sólo se entendió el tirón que tenía el rock en época de Tini Areces, bien asesorado como estaba por los gijoneses Daniel Gutiérrez Granda, Miguel Acevedo y Carlos Redondo... pero el tercero está muerto, el segundo se jubiló y el primero salió de la Política. Y no se va a sacar a relucir aquí a gente como Pascual Cabaño o Jorge Fernández León, que también están lejos de lo público...
Ni Carmen Moriyón, ni Javier Fernández ni Wenceslao López son gente del rock, como no lo es el personal de sus equipos (si lo fueran, no estarían con ellos; pero ésa es otra historia), de modo que ninguno de los tres aprecia la buena música moderna con el respeto que se merece; la ven sólo como un elemento que da fama y dinero a sus respectivos territorios, cuando es mucho más que eso.
Pero los gestores asturianos de lo cultural no saben –ni de música ni de otras cosas, aunque ésa es también otra historia–, así que sólo cabe esperar que no estropeen demasiado lo que hacen y los conciertos de hoy y mañana en Gijón sean tan buenos como pueden ser... 'Astures' vio los dos muchas veces y merecen la pena.
En efecto, el pianista y cantante británico es un músico de los años setenta que perduró en el tiempo y, por tanto, sus espectadores van desde los cincuentones nostálgicos hasta los treintañeros románticos; mientras al exmarido de Vanessa Paradise le siguen cuarentones roqueros... pero son público potencial de los dos los amantes de la buena música, para los que ambas entradas seguidas suponen un gasto excesivo.
No es la primera vez que se comete este error en Asturias, donde sólo se entendió el tirón que tenía el rock en época de Tini Areces, bien asesorado como estaba por los gijoneses Daniel Gutiérrez Granda, Miguel Acevedo y Carlos Redondo... pero el tercero está muerto, el segundo se jubiló y el primero salió de la Política. Y no se va a sacar a relucir aquí a gente como Pascual Cabaño o Jorge Fernández León, que también están lejos de lo público...
Ni Carmen Moriyón, ni Javier Fernández ni Wenceslao López son gente del rock, como no lo es el personal de sus equipos (si lo fueran, no estarían con ellos; pero ésa es otra historia), de modo que ninguno de los tres aprecia la buena música moderna con el respeto que se merece; la ven sólo como un elemento que da fama y dinero a sus respectivos territorios, cuando es mucho más que eso.
Pero los gestores asturianos de lo cultural no saben –ni de música ni de otras cosas, aunque ésa es también otra historia–, así que sólo cabe esperar que no estropeen demasiado lo que hacen y los conciertos de hoy y mañana en Gijón sean tan buenos como pueden ser... 'Astures' vio los dos muchas veces y merecen la pena.
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