EDITORIAL / Perdón
La ministra de Defensa ha perdido perdón por el hecho de que el PP no reaccionara antes adecuadamente al desastre del 'Yak42' –que nunca debió despegar, como se recordará; pero, como lo hizo, no pudo aterrizar y acabó matando a muchos militares–. Pero su declaración es vacua si no es completa.
La Iglesia católica enseña –y ella debe de saberlo, a la vista de sus exhibiciones de religiosidad– que la petición de clemencia tiene tres fases: el arrepentimiento, el dolor de los pecados y el propósito de enmienda. Y su perdón cumple sólo con la primera; si no se dan los otros dos, éste será apenas una exhibición de retórica para los suyos (sean militantes o sólo votantes).
El PP hace mucho eso: pide disculpas por lo que hace –especialmente, si detecta que a la gente le ha parecido mal y puede perder votos– y vuelve a hacerlo una vez tras otra. Es lo que ha hecho su tesorero en el juicio contra él: ha admitido que había 'caja B' en el PP, pero ha exculpado a su presidente.
Y ello porque negar la contabilidad 'en negro' del partido conservador es ya imposible, con lo que ha denunciado la Policía y la Guardia Civil; aunque Rajoy es el único que puede aflojar la presión sobre Luis Bárcenas... si quiere. Es para eso que el delincuente ha soltado esa especie de 'sé fuerte, Mariano', como el que el presidente le mandó a él para que no 'cantara' cuando saltó el escándalo.
Sería bonito para España decir que ni Cospedal ni Rajoy la van a engañar, pero la verdad es que no es cierto: medio país les creerá y volverá a votarles. Es lo que hay.
La Iglesia católica enseña –y ella debe de saberlo, a la vista de sus exhibiciones de religiosidad– que la petición de clemencia tiene tres fases: el arrepentimiento, el dolor de los pecados y el propósito de enmienda. Y su perdón cumple sólo con la primera; si no se dan los otros dos, éste será apenas una exhibición de retórica para los suyos (sean militantes o sólo votantes).
El PP hace mucho eso: pide disculpas por lo que hace –especialmente, si detecta que a la gente le ha parecido mal y puede perder votos– y vuelve a hacerlo una vez tras otra. Es lo que ha hecho su tesorero en el juicio contra él: ha admitido que había 'caja B' en el PP, pero ha exculpado a su presidente.
Y ello porque negar la contabilidad 'en negro' del partido conservador es ya imposible, con lo que ha denunciado la Policía y la Guardia Civil; aunque Rajoy es el único que puede aflojar la presión sobre Luis Bárcenas... si quiere. Es para eso que el delincuente ha soltado esa especie de 'sé fuerte, Mariano', como el que el presidente le mandó a él para que no 'cantara' cuando saltó el escándalo.
Sería bonito para España decir que ni Cospedal ni Rajoy la van a engañar, pero la verdad es que no es cierto: medio país les creerá y volverá a votarles. Es lo que hay.
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