Jugando a los patrones con Zentangle

Por Kepa Larrañaga

Habrán advertido la moda de las “mandalas” y del “zentangle”. Quitando mi contribución plástica infantil cuando coloreaba dibujos y mi contribución adolescente a la acuarela sobre plantillas con colores numerados, no llego ni a lego en estas cuestiones. Tampoco sabría pronunciarme sobre las ventajas para el autoconocimiento o sobre las virtudes contra el estrés de completar “mandalas” o de componer formas mediante patrones del “zentangle”. Aunque, bien visto, las modas son también por algo.

Así, en la expansión generada del rebufo de lo dicho sobre “mandalas” y “zentangle”, propongo los siguientes ‘patrones’ por si suscitan a alguien seguir la pista de los mismos:

1.- Quien genera el primer patrón se oculta tras el marasmo de la repetición de patrones. En un ecosistema digital gestionado por un código que casi la totalidad de la ciudadanía desconoce solo nos llega para hacer boberías. De momento ganan los llamados ‘influencers’ que es la versión modernizada del bufón sin joroba o el neo-capitalismo rampante que se está apropiando del código para hacer visualizar sólo su parte del ciberespacio.

2.- Componer un paisaje fractal no es la aglutinación repetida de ‘hashtag’ en las conversaciones de la Red. Aunque la ilusión que genera las tropelías de masas de individuos por gustar del ‘like’ parezca en su suma algo compuesto, sólo es el bucle que la vanidad genera por gusto. Confiándose el ciudadano y ciudadana media en su versión mejorada digital. Así el resultado de suma de nonadas sólo da una nonada de mayor tamaño.

3.- El resultado de lo holístico nos dispersa ante lo inmenso. Será por una cuestión de escala y se repite a lo grande, pretendiendo viralizar y estar constantemente conectado. Se pretende escalar en continuo hasta lo global como si fuera un destino humano convertido en una utopía que define lo inmenso. Hay que fijarse en quienes sufren de ‘FoMO’ (Fear of Missing Out) o de ‘Phubbing’ para entender que hemos logrado caricaturizar el estrés. Se nos está olvidando el inmenso placer de sentir lo presente, singular, concreto e inmediato.

4.- La fractalidad de los algoritmos matemáticos se nutre de humanos para escalar la naturaleza de la Red. La sensación ante las composiciones fractales, ante el universo, fue la sorpresa del humano ante la naturaleza. Y esta sorpresa desplegó las emociones que plantearon el análisis de las cosas como plegaron la síntesis de los relatos y los mitos. En un mundo continuamente desplegado no hay cobijo para la sorpresa, todo se encuentra pretendidamente estudiado para cargar el conocimiento de datos. Y los depósitos de datos –los hemos dado y damos gratis–, sólo necesitan de la Inteligencia Artificial y de una mayor capacidad de computación para también desplegar (por no decir despellejar) al ser humano.

5.- Crear es un riesgo para quien enfrenta una acción ante la inesperada sorpresa. Aún podemos generar relaciones extrañas o inesperadas entre ideas. Sólo intuidas. Sin método. Sin algoritmo. Pero este proceso, a veces difícil, lo es porque nos lleva entre relieves de expresiones y emociones irresolutas. Por eso se dice que crear duele.

Por favor, no nos resignemos a ser serviles.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El 'chapero' Nicolás

Los nuevos muros de Europa

La Gastronomía y la naturaleza humana