EDITORIAL / Res de res

Recibe la gente con estupefacción el 'no' de las Candidaturas de Unión Popular (CUP) a la continuidad de Artur Mas como presidente de Cataluña. Aunque la decisión no debería extrañar, ya que el sucesor de Jordi Pujol está sentado sobre lo peor de aquella tierra y era seguro que no sería apoyado por una formación que se denomina "anticapitalista" (y así lo lleva diciendo 'Astures', humildemente, desde las elecciones del pasado septiembre).

Más allá de que ninguna formación de nuevo cuño puede votar a favor de un personaje subido desde las catacumbas del régimen democrático de 1978 (como Ciudadanos nunca apoyará a Rajoy, digan lo que digan los analistas políticos de pesebre... como mucho se abstendrá para permitir su investidura), la izquierda no puede sostener a un burgués rancio, por independentista que se proclame.

Mas ha sido un dirigente tan desastroso que ha perfilado dos opciones en Cataluña: el segregacionismo y la continuidad en España... y las dos pasan por su salida de la Generalitat; porque la primera preferirá a ERC (Esquerra Republicana) o las CUP y la segunda ya dispone de Ciudadanos, tan de derechas como Convergencia Democrática y sin el lastre de los dineros espúreos (de la corrupción y otras oscuridades).

Así es que los catalanes volverán a votar, salvo que las huestes de Artur Mas pasen de él y busquen otro presidente para el Gobierno de Barcelona... seguro que Mariano Rajoy está feliz con la coyuntura, pero porque no se da cuenta de que su propio horizonte puede ser igual.

Otros editoriales sobre el tema:
Van votar (28/09/15).
Voteu (27/09/15).
Identidades (25/09/15).

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