EDITORIAL / Negra semana

Comenzó ayer en Gijón la edición de este año de la Semana Negra, certamen literario consolidado rápidamente y que es uno de los mejores reclamos de Asturias para el turismo cultural, hasta el punto de que sobre las cenizas del miedo a su cierre han surgido ya iniciativas similares en varios lugares de España.

La región ni lo sabe ni lo aprecia, pero aquí se inventaron algunas convocatorias envidiadas en todo el país que la flojera intelectual de algunos gestores públicos está dejando ahora sin aire; como el Festival de Cine de Gijón, el Centro Niemeyer de Avilés o el legado de los Premios Princesa de Asturias (ahora... Príncipe de Asturias hasta este año) en Oviedo.

Aunque esta tierra sigue anclada a sus discursos de siempre, aunque sólo en el sentido peor: se aprobó esta semana la prejubilación de un paquete de mineros a los ¡41 años!, mientras este medio ha tenido que comprar el libro de una historiadora de California para conocer bien el entorno social en el que se produjo la Revolución del 34 (poco más de una semana... también), porque aquí se utiliza mucho la épica pero interesa poco la Historia.

El caso es que este principado tiene en el pasado algunas de sus historias más potentes, aunque se empeña en pelear por su presente de declive. Un ejemplo emblemático es ésa batalla contra Pablo Iglesias en la que se ha metido junto a otras agrupaciones de España; aunque se hablará de ella mañana.

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