EDITORIAL / ¡Suerte, presidente!
El socialista mierense Javier Fernández será proclamado enseguida presidente de Asturias, tras ganar en la tercera votación del pleno de investidura a la popular Mercedes Cherines, que sólo tuvo el apoyo de la derecha ultramontana mientras el ingeniero tuvo el anunciado respaldo de PSOE e IU. Pero Podemos mantuvo el suspense hasta el final, para no perder la ocasión de demostrar a los asturianos que su futuro está en manos del partido morado.
Fernández tendrá que hacer grandes concesiones para seguir gobernando esta tierra, donde siempre hubo un discurso único que ya no se puede mantener... puede llamársele 'la doctrina SOMA' –para que se entienda–, aunque fue mucho más que eso; de hecho, Javier el de Mieres bebió de esas fuentes y será quien capitanee ahora la marcha de la Federación Socialista Asturiana hacia los nuevos tiempos.
Tiempos en los que tendrá apoyo de Izquierda Unida, no tanto por vocación de la coalición como por sus necesidades de supervivencia (la debacle reciente la ha dejado sin dinero y hacen falta ingresos para mantener cualquier estructura política), y todo indica que hasta el de Podemos, en cuanto su gente despierte del sueño en el que vive (nada más se celebren las elecciones de otoño, a las que llegará en flanco declive).
El caso es que las huestes de Emilio León jugaron ayer a demostrar a los asturianos que les tienen en sus manos, aunque estos están desde hoy al albur de Javier Fernández... lo que les garantiza una legislatura sin genio pero sin sobresaltos. Así es que hay que desear suerte al presidente.
Fernández tendrá que hacer grandes concesiones para seguir gobernando esta tierra, donde siempre hubo un discurso único que ya no se puede mantener... puede llamársele 'la doctrina SOMA' –para que se entienda–, aunque fue mucho más que eso; de hecho, Javier el de Mieres bebió de esas fuentes y será quien capitanee ahora la marcha de la Federación Socialista Asturiana hacia los nuevos tiempos.
Tiempos en los que tendrá apoyo de Izquierda Unida, no tanto por vocación de la coalición como por sus necesidades de supervivencia (la debacle reciente la ha dejado sin dinero y hacen falta ingresos para mantener cualquier estructura política), y todo indica que hasta el de Podemos, en cuanto su gente despierte del sueño en el que vive (nada más se celebren las elecciones de otoño, a las que llegará en flanco declive).
El caso es que las huestes de Emilio León jugaron ayer a demostrar a los asturianos que les tienen en sus manos, aunque estos están desde hoy al albur de Javier Fernández... lo que les garantiza una legislatura sin genio pero sin sobresaltos. Así es que hay que desear suerte al presidente.
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