EDITORIAL / Birlibirloque
La Fiscalía Anticorrupción hizo ayer un favor tremendo al
Partido Popular al exculparle de sus responsabilidades subsidiarias por la
gestión de dinero ocultado a la Agencia Tributaria; pero para hacerlo no le
queda más remedio que reconocer que el partido que gobierna España y un buen
porcentaje de sus poderes públicos tuvo contabilidad ilegal "al menos desde el año
1990 hasta 2008". Lo que confirma que las oficinas de la madrileña calle
Génova son un nido de delincuentes.
Se podría ir más lejos y decir que todo el partido lo es,
pero para ello habría que creer al exsenador del Reino Luis Bárcenas –también
extesorero y expresidiario–, que dijo que "la estructura nacional tenía
reflejo en todas las agrupaciones regionales y locales". Y ése es
precisamente el favor que le hacen los fiscales (funcionarios que dependen del
ministro de Justicia... no se olvide) al PP, al señalar como culpables a los
sucesivos tesoreros y exculpar a la formación política.
Aunque dado que Álvaro Lapuerta –antecesor de Bárcenas– está
incapacitado jurídicamente para recordar porque experimentó un ictus (lo que no
les sucede al común de los españoles, que aunque hayan sufrido accidentes
cerebrovasculares tienen obligación de trabajar para vivir, por orden del
Ministerio de Sanidad), toda la responsabilidad caerá sobre el esquiador
excarcelado.
Pero no hay problema ninguno para el partido de Mariano
Rajoy, porque el indecente que comparte abrigo con Al Capone ya no es
militante... Lo malo es que todo esto recuerda los ejercicios de birlibirloque:
nada por aquí, nada por allá.
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