EDITORIAL / El AVE de Galicia
Galicia estrenó ayer la conexión con la red ferroviaria de
alta velocidad, por la que han quedado conectadas –entre otras– sus dos
ciudades más pobladas, La Coruña y Vigo. Y ello es consecuencia de que la
ministra de Fomento hizo allí su carrera política, como viene sosteniendo
'Astures' desde hace tiempo.
También de que el presidente Mariano Rajoy es de Pontevedra
(provincia a la que pertenece Vigo) y de que la comunidad prima-hermana de
Asturias es una de las pocas en las que el Partido Popular tiene fuerza, con
las dos Castillas, de cara a las elecciones municipales de mayo.
De manera que pretende arrebatar al PSOE la Alcaldía de Vigo
(el exministro Abel Caballero) y conservar para el PP el Ayuntamiento de Coruña
(que dirige Carlos Negreira), aparte de otras ciudades que se ven favorecidas por la
puesta en marcha del AVE.
Mientras tanto, el tren rápido a Asturias aún no ha pasado
de León, desde donde el ferrocarril actual viene de espaldas por una chapuza
llamada 'fondo de saco' que sería inaceptable hasta en un país del Tercer
Mundo, así que menos aún en Europa. Pero esta tierra paga el precio de haber
perdido peso en la política nacional, sobre la base del estancamiento
demográfico y de la pérdida de influencia en los partidos de ámbito estatal.
Aunque, vistos los antecedentes, igual es mejor; porque los
tres últimos asturianos que tuvieron mando en plaza en Madrid son Francisco
Álvarez Cascos, Rodrigo Rato y José Ángel Fernández Villa, de los que dos de los tres ya son vergonzantes para todos los españoles...
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