Vida grafeno
Por Joaquín del Río
Mi colega Arturo Téllez (serio e inteligente, donde los
haya) publica un libro con su colaborador Carlos Gil de Gómez que lleva por
título ¡Vida grafeno', una metáfora de la vida moderna que hace referencia al
nuevo material de moda en la industria, que es dúctil aunque es diez veces más
duro que el acero, por lo que se espera mucho de él.
El libro es la confrontación entre dos formas de pensar: la
que observa la vida como algo cambiante ("líquida", en el sentido del
sociólogo Zygmun Bauman, premio Príncipe de Asturias en 2009) y la que ve la
actividad humana anclada en valores tradicionales ("sólida", según el
mismo pensador).
Su aportación es muy interesante porque apunta que la
condición del hombre resulta tanto de aspectos circunstanciales como de
principios seculares; así, el periodista Téllez llama la atención sobre cómo
cambian cosas que se consideran inmutables (el enfrentamiento EEUU-Cuba, la
honestidad de Fernández Villa o la pureza de Rodrigo Rato, por citar sólo
referencias recientes, aunque se podría hablar del Muro de Berlín o el mundo de
Bretton Woods), mientras el politólogo Gil apunta que hay pulsiones en el ser
humano desde el principio de los tiempos, como el sectarismo o la intolerancia.
En una lluviosa tarde de fin de semana en la que mis
paisanos están pendientes de los partidos de fútbol, agradezco enormemente
asistir a una discusión de este nivel... aun con un ojo puesto en los
resultados, como todos.
¡Suerte, Arturo y Carlos! El mundo editorial es incierto y,
aunque ya lo conocéis, os deseo el mayor de los éxitos... vuestro libro lo
merece.
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