EDITORIAL / Ni borracha ni dinamitera
Asturias dejará de ser esta semana la única comunidad
autónoma de España que permite beber
alcohol a los menores de edad, un honor dudoso que mantiene desde hace años. Y
del que alguno se avergüenza en esta tierra, que debería saber hacer compatible
su cultura genuina de la sidra con la
educación a sus vástagos en las buenas costumbres.
Contra lo que mucha gente cree aquí, sidra se bebe en muchas
partes del mundo y vino de manzana en algunas más; pero en ninguna hay una
identificación entre el lugar y la bebida como la que se da en esta tierra, que
tiene formas propias de criarla, de embotellarla, de servirla, de
compartirla...
Lo que no quita para que la sidra tenga cierto grado
alcohólico que la hace peligrosa para los menores; y cualquier otra forma de
ver el tema es una suerte de integrismo autóctono que no resiste un pase. Si
escandaliza que el fundamentalismo musulmán adoctrine cachorros, ¿cómo no va a extrañar que del chigre surjan
vástagos, por muy asturianos que sean?
Pero esta situación vergonzante se acabará esta semana,
cuando el Principado apruebe su proyecto de ley de toxicomanías. Será una
iniciativa polémica; pero hay que esperar que el aldeanismo no la eche para
atrás... ese aldeanismo que se ufana de la Asturias "borracha y
dinamitera" que ha traído esta tierra adonde está.
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