Editorial / Esa pesadilla llamada Yihad
La Policía belga desarticuló ayer una cédula del integrismo
musulmán dispuesto a atentar de inmediato y a hacer mucho daño en el país que
alberga la mayoría de las instituciones de la UE. Y los europeos harían bien si
se tomaran más en serio esas amenazas.
La discusión sobre las Culturas (que si el Islam, que si el
Judaísmo, que si el Hinduísmo, que si la Cristiandad...; que gusta mucho en
'Astures') no ha lugar cuando se tiene enfrente algún Fundamentalismo –sea del Credo
que sea–, porque éste convierte todo debate en un problema de Seguridad Pública,
al que sólo puede hacer frente la Policía.
Y ahí es donde Europa tiene que espabilar y dejarse de
melindres con sus enemigos. Porque atentados como el reciente contra 'Charlie
Hebdo' no atacan el laicismo, sino la tolerancia... de hecho, los terroristas
mataron a un policía musulmán, así que el Islam también es objetivo de los radicales.
Pero hay que andarse con ojo, porque enemigo de Europa no es
sólo el integrismo religioso; también lo son el fascismo o el independentismo,
por hablar de opciones políticas que todo el mundo considera menos fanáticas
que la radicalidad mística. Y esas sierpes están en la Unión, como demuestran
la 'Ley Mordaza' de Rajoy, la denuncia contra el humorista 'Facu' o la
convocatoria electoral de Cataluña.
Así que hay que mantener alta la guardia, frente a esa
pesadilla que llama Yihad el Islam ignorante y a los descerebrados de otros
cuños.
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