Editorial / El chantaje de la deuda
Parte del auditorio de 'Astures' no entenderá que se
critique el discurso de la Deuda; y otra parte lo aplaudirá. Pero la verdad es
que ambas ideologías crecieron en un mundo en el que el Banco Mundial y el
Fondo Monetario Internacional dictaban qué hacer en la comunidad
internacional... como consecuencia de los acuerdos de Breton Woods.
Y ahora hay quien sostiene que no sea así; sin ir más lejos,
algunos premios Nobel de Economía, como informaba ayer el diario digital
'Público.es'... O como hizo América Latina para empezar a crecer y Rusia para
convertirse en una potencia económica.
De modo que todo indica que la excusa de la deuda es una
coartada que los poderosos mantenían para impedir crecer a los países
emergentes. Y en el que todo se sostiene sobre un axioma: si los países pobres pidieron
dinero a los ricos para crecer, deben devolvérselo. Pero, frente a ese
argumento, hay otro de mucho peso: los países fueron pobres porque los ricos
les robaron sus recursos, así que el crédito es una reciprocidad que paga el expolio.
El debate fue muy popular en América Latina hace años, pero
no llegó aquí, porque en Europa estábamos en otra cosa. Pero ahora el argumento
tiene sentido: si España creció al comprar coches alemanes, abastecerse en
tiendas de los franceses, e imitar las modas italianas, ¿por qué tiene que
pagar ahora sus deudas con esos países?... Digan, ustedes, Grecia donde dice
España y se encontrarán en el argumento de Syriza.
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