Editorial / Dinero europeo
El Banco Central Europeo decidió ayer fabricar dinero para
tratar de revertir la crisis de la eurozona; así que a la canciller alemana
Ángela Merkel ha debido de darle un patatús, porque ella nunca quiso hacer eso,
pese a que lo hicieron hace siete años largos EEUU, Japón y el Reino Unido...
O igual no, si se hace caso a Sergio Marqués y se piensa que
en política no hay casualidades, sino causalidades. Habida cuenta de que
Mario Draghi no podría haber sido designado presidente del banco sin el apoyo
de la germana, igual esta decisión quiere decir que la señora no va a seguir
gobernando Alemania... y, por tanto, la Unión Europea.
Si esta interpretación es acertada, podría signíficar dos
cosas: o que Draghi ha decidido amigarse con otros europeos (porque sabe que la
teutona no seguirá y él necesita otros apoyos para continuar) o que quien haya
decidido hacer las paces haya sido ella y le haya mandado a él allanarle el
camino. Es pronto para analizar bien la decisión.
Lo que sí es seguro es que la medida tendrá más
trascendencia para la banca que para el ciudadano (o también para éste, pero
siempre a través de los bancos). Así que no se pueden esperar grandes cambios
en la economía de Europa, donde los PIGS han sido condenados por los países del
Norte... Aunque Grecia vota el domingo; así que habrá que ver.
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