Dos luises
Por Joaquín del Río
El 'caso Bárcenas' empieza a recordarme, en el ámbito del
Partido Popular, lo que fue el llamado 'caso Roldán' para el PSOE de Felipe
González: un intento de chantaje al Poder por parte de un caradura que se
desinfla porque el protagonista quiere quedarse el dinero del que se apropió
ilegalmente.
Curiosamente, los dos protagonistas se llaman igual; Luis
Roldán fue un director de la Guardia Civil que desvió a sus cuentas parte del
dinero que movía en la Benemérita y Luis Bárcenas es un exsenador y tesorero
que se apropió de parte del dinero negro que movía su partido.
El primero terminó pasando por la cárcel y manteniendo parte
de su fortuna ilícita al salir de ella; y para el segundo no es descartable que
vaya a recorrer un camino similar. Seguramente, porque la abundancia de dinero
es más atractiva que materializar las amenazas de revelar cualquier secreto... O
porque los secretos no son de la magnitud que supone el imaginario colectivo.
Este año concurre a los Premios Oscar una película que
cuenta las andanzas de Alan Touring y el suyo sí que fue un caso de verdadero
Secreto de Estado. Hasta 50 años después de la muerte de este hombre –un
matemático británico que derrotó a los estrategas de Adolf Hitler– nadie supo de su
existencia, porque su trabajo fue de máxima seguridad y su muerte la indujo la
Policía al descubrir que era homosexual, lo que en su época era el peor crimen
que un ser humano podía cometer.
Así que observo con cierto escepticismo las novedades del
expresidiario popular, del que los medios convencionales están a punto de
descubrir lo que mi periódico dijo hace dos años: que los 'papeles de Bárcenas'
son, en realidad, los 'papeles del PP'.
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