Editorial / La comisión Villa
La comisión que investiga la fortuna oculta de José Ángel
Fernández Villa ha terminado su trabajo sin cumplir su cometido, porque sabe
tanto hoy del dinero del exsindicalista como se sabía antes de empezar a
funcionar. Así que sólo ha servido para que sus miembros cobren dietas por
haber participado en ella.
Lo ha dicho el socialista Fernando Lastra y parece un
berrinche, pero no lo es; porque la comisión se creó para investigar la fortuna
de Villa y algunos trataron de convertirla en una fiscalización de los Fondos
Mineros. Pero sólo ha servido para demostrar que quienes han gobernado Asturias
durante dos décadas eran unos mafiosos, unos zafios y unos iletrados... lo que
muchos asturianos sabían antes de que empezara a trabajar la Junta.
Los veinte años de mandato de Villa (o treinta... más bien)
no los puede investigar el Parlamento Autonómico porque nadie sería allí lo que
es sin haber pasado por su aro (y en ningún partido) y los Fondos Mineros
tienen dos padres sin los cuales no pueden entenderse (Fernandez Villa y
Alvarez Cascos... las dos caras de la misma moneda).
Así que lo único que se puede investigar del de Tuilla es
cómo se enriqueció hasta un límite intolerable para alguien como él... y eso no
importa a nadie porque el del bigote es una vieja gloria, alejada de la
actividad política. Así que conviene utilizar con él la vieja enseñanza:
enemigo que huye, puente de plata.
Lo mejor que puede hacer esta tierra con Villa es dejarle morir
sin sacar a relucir todo lo que sabe; y tratar de recomponerse para cuando
supere su nefasta influencia.
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