No hay famosos en la Luna

Por En Cierta Medida
 
Los 'famosos' (una categoría inventada por la televisión que sirve para rellenar espacios como 'Corazón') son como los electrones: hacen falta veinticinco mil millones de millones de millones para que pesen un gramo de interés.

​Los 'famosos' (una categoría que no está formada por cantantes, ni por políticos, ni por actores de cine, ni por escritores, ni por modelos, ni por toreros) pueden mantener la atención de un espectador medianamente inquieto durante la duración de 9.192.631.770 períodos de la radiación correspondiente en la transición entre los núcleos hiperfinos del estado fundamental del átomo de Cesio 133. O sea, durante un segundo.

​Los 'famosos' (una categoría de la que no forma parte ningún científico, filósofo o artista) tienen una vida media en la sensibilidad, entendimiento y razón del espectador semejante a la vida media del isótopo Helio-5: una cienmillonésima parte de una millonésima de segundo.

​Los 'famosos' (una categoría formada por los que no son lo bastante famosos como para que no se les llame simplemente 'famosos') son como los átomos de cloro: uno solo largado a la atmósfera televisiva destruye diez mil moléculas de ozono.

​Los 'famosos' (una categoría a la que aspiran muchos cantantes, modelos o toreros para poder dejar de ser cantantes, modelos o toreros) son tan numerosos como los ácaros y, también como los ácaros, convivimos con ellos, pero si fueran un poquito más grandes y los pudiéramos ver mejor, no pegaríamos ojo.

​Los 'famosos' (una categoría que produce la factoría Telecinco como La Masía produce mediocentros) son en sus gestos, opiniones, divorcios, vacaciones y nueva-imagen-tras-haber-alcanzado-la-estabilidad-con-su-nuevo-compañero-sentimental como el iridio: pesados (un cubo con 30 centímetros de famosos pesa 650 kilos).

​Los 'famosos' (una categoría de la que forma parte Kiko Rivera, para que se hagan una idea), son como la marsopa de Dall: nunca duermen porque están en fiestas o en inauguraciones de cosas, y por el día están en fiestas o inauguraciones de cosas para que les inviten por la noche a más fiestas o inauguraciones de cosas.

​Los 'famosos' (una categoría de la que no forman parte Fernando Savater ni Mireia Belmonte, para que se hagan una idea) tienen un corazón como el de la musaraña etrusca: late 16 veces por segundo ante la presencia de una cámara de televisión.

Por fortuna, y a diferencia de la Luna, en el mundo televisivo sí hay atmósfera, y por tanto hay vientos y lluvias, así que las huellas de los famosos, a diferencia de las huellas del astronauta Neil Armstrong en la Luna, no permanecerán en nuestras pantallas durante millones de años. Algo es algo.

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