Editorial / Sanjurjo vuelve a Gijón
Una foto de Pedro Sanjurjo en el Ayuntamiento de
Gijón dispara la nostalgia, ya que el cabal gijonés del PSOE inició en la
ciudad la carrera política que le ha llevado a ser ahora presidente del
Parlamento Autonómico. Y viéndole ahí se añora aquel lugar en el que su mujer
colideraba una plaza que era de referencia municipal para España.
Ahora no, ahora Gijón no es una población pujante y moderna,
sino una ciudad-balneario que pone en marcha iniciativas de la España más rancia,
como las calesas de Sevilla, la peatonalización de Oviedo, el neoliberalismo de
Valencia, el clasismo de Valladolid...
Aunque la cosa puede acabar pronto, porque el mandato de la
actual corporación –que gobierna contra sus vecinos, como habló siempre Somió–
finaliza en poco tiempo, y los ciudadanos pueden elegir un gabinete más capaz.
Y eso que Sanjurjo representa lo mejor y lo peor de
su partido: por un lado, la eficacia y la capacidad; y, por otro, la
perpetuación en el poder de ciertas familias. Por algún miembro de la familia
perdió el tren esa 'casta'... a ver si lo sabe recuperar; sería una noticia
excelente para los gijoneses (y, con ellos, para los asturianos).
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