EDITORIAL / Cáritas popular
El Partido Popular ha estafado más de 220.000 euros a la
Agencia Tributaria al hacerse pasar por una organización altruista como Cáritas
Diocesana y de esa desvergüenza pueden ser cómplices los asturianos Santiago y
Roberto Menéndez, lo que duele más a este medio que el propio delito fiscal en
sí.
Esa falta de pudor debería doler a los cristianos más que a
nadie, porque implica una utilización interesada de sus esfuerzos solidarios;
pero ya se sabe que no hay peor ciego que quien no quiere ver y hasta hay quien
ha reescrito la definición clásica de la Fe, en el sentido de que esa 'virtud'
no permite creer lo que no se ve, sino no creer lo que se está viendo (como
suele decir el político astur Xuan Xosé Sánchez Vicente).
Pero a estas alturas de la instrucción de la 'Púnica', la
'Gürtell', los 'ERE', 'Aquagest' y otros episodios de ladrocinio es difícil que
nadie se sorprenda de hasta qué punto llega la caradura de muchos dirigentes
públicos, aunque ninguno tiene el simbolismo del 'caso Villa', porque el SOMA
hizo de la defensa de la honradez obrera el núcleo central de su discurso y la
usó siempre como justificante de sus muchas tropelías.
Aunque lo del PP con Cáritas se las trae, la verdad; porque
no sólo demuestra que en Génova son capaces de cualquier cosa con tal de robar
dinero a los españoles, sino que prueba que ni las cacatúas que salen a hacer
cuestaciones una vez al año respetan el esfuerzo de la Iglesia en favor de los
seres humanos más desfavorecidos.
Nadie puede dudar ya de que estos tiempos prueban que el
cuento cambió más de lo que nadie podía imaginar... va a ser verdad lo que
dicen algunos de que la gente de misa diaria es la peor que pisa la capa de la
Tierra.
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