La nueva brujería
Por Joaquín del Río
Un reconocido entrenador de delfines ha muerto por la
presión en su contra de las redes sociales, aunque no se sabe si el hombre se
quitó la vida tras caer en el descrédito o si fue asesinado por algún seguidor
justiciero.
Aunque los detalles no importan, porque el hecho ilustra bien
la caza de brujas que caracteriza nuestro mundo, donde la tecnología ha
democratizado la exigencia de responsabilidad, pero no la formación para
ejercerla.
Los periodistas estamos acostumbrados a tratar con gente que
quiere destruir la honorabilidad de otros; con maniobras para desacreditar
alguna opción y priorizar otra; con despechados que quieren vengarse de quien
les ha desairado; etcétera.
Pero la ejecutoria profesional va permitiendo subir
escalones y tratar temas cada vez más delicados... Y a los usuarios de las
redes sociales no les pasa eso, de modo que algunos utilizan su inocencia para
predisponerles contra algo o alguien.
Es lo que le ha pasado a este entrenador de delfines,
a quien un vídeo viral retrató como un taimado y el buenismo de los amantes de
animales pudo condenarle a muerte.
Seguramente no será el último caso, pero debería servir para
hacer pensar a más de uno; porque así se condenaba a las brujas en la Edad
Media.
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