Editorial / La cuestión catalana
No hace falta ser especialista en la cuestión catalana (y se
pueden tener muy buenos amigos), para darse cuenta de que allí se está haciendo
mucho ruido que llevará el conflicto a un punto sin retorno de enfrentamiento
entre nacionalistas y españolistas.
Lo advirtió un reciente editorial de 'Astures': "La
Historia enseña que estos procesos son marginales hasta que triunfan. Georges
Washington era un separatista de las colonias que luchó contra Londres y ahora
es un padre de la patria del país más poderoso del mundo y Nelson Mandela era
un terrorista negro que luchaba en Sudáfrica y ahora es un referente para el
mundo... por no decir que la Reconquista española fue un proceso rebelde
iniciado por unos caudillos cristianos contra el estabilísimo Gobierno
musulmán", decía el texto.
Y otro artículo editorial advertía días después: "Alguna gente se sorprenderá al saber que la identidad regional surgió en Europa en torno a la mitad del siglo XIX –suele darse la fecha de 1850, pero sólo como referencia– en un periodo que se denomina 'La Primavera de los Pueblos'. Es desde entonces cuando uno se siente asturiano, el otro vasco y el de más allá valenciano... hasta entonces, todos eran súbditos de fulano o de mengano (de Carlos V, de Enrique VIII, de Francisco I, etcétera... y todos ellos dependientes del Papa, obispo de Roma)."
De modo que se puede ser tan admirador de Gaudí como de Covarrunbias y tan fan de Salvador Dalí como de Antonio López y esperAr que las huestes de Artur Mas y Mariano Rajoy no sean tan idiotas como para echarlo todo a perder. Dicho queda.
Y otro artículo editorial advertía días después: "Alguna gente se sorprenderá al saber que la identidad regional surgió en Europa en torno a la mitad del siglo XIX –suele darse la fecha de 1850, pero sólo como referencia– en un periodo que se denomina 'La Primavera de los Pueblos'. Es desde entonces cuando uno se siente asturiano, el otro vasco y el de más allá valenciano... hasta entonces, todos eran súbditos de fulano o de mengano (de Carlos V, de Enrique VIII, de Francisco I, etcétera... y todos ellos dependientes del Papa, obispo de Roma)."
De modo que se puede ser tan admirador de Gaudí como de Covarrunbias y tan fan de Salvador Dalí como de Antonio López y esperAr que las huestes de Artur Mas y Mariano Rajoy no sean tan idiotas como para echarlo todo a perder. Dicho queda.
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