Aforados

Por Joaquín del Río

El eurodiputado socialista Juan Fernando López Aguilar no será juzgado porque el Tribunal Supremo no se cree las denuncias de su pareja; pero eso es consecuencia de sus privilegios, porque al estar aforado tiene que ver su caso el alto tribunal, lo que no sucede con sus compatriotas, que son víctimas directas del exministro.

En efecto, una ley aprobada por el canario durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero lleva a muchos de sus paisanos a dormir en el calabozo por denuncias mucho menores que la suya, por el simple hecho de que Aguilar cambió la carga de la prueba: no es la denunciante quien tiene que probar el delito, sino el denunciado quien tiene que probar su inocencia... Ya quisieran los nazis o la Inquisición una ley tan hecha a su medida, por citar.

Pero la Justicia no es igual para todos; el músico vasco Fito dice hasta que "está arrestada por orden de la avaricia" y se podría añadir que sometida por la estulticia. Aunque algunos tienen forma siempre de huir de ellas, como esos centenares de aforados que en España siempre se las arreglan para salir indemnes.

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