Coppola
Por Joaquín del Río
La Fundación Princesa de Asturias (que se llamaba 'Príncipe
de Asturias' hasta la coronación de Felipe VI y así quedará para la Historia)
acaba de premiar al cineasta estadounidense Francis Ford Coppola; y ello
vuelve a situar a mi tierra en la cresta de la ola. Porque hay cine excelente,
pero ninguno como el excelente cine de Coppola.
Vienen a la cabeza enseguida las primeras entregas de 'El
Padrino' (justamente premiadas en el centenario de Orson Welles, un
genio más difícil) y las primorosas escenas de 'Apocalypse Now', pero también
los hallazgos de 'Rebeldes', 'La ley de la calle' o 'Drácula de Bram Stokker'.
Pero vienen, sobre todo, a la cabeza las imágenes icónicas
de una generación, como son las del también galardonado Michael Haneke.
De modo, enseguida, viene a mi cabeza que la Fundación debe premiar pronto a
los realizadores Oliver Stone o Konstantin Costa-Gavras, constructores
igualmente de imágenes de esa generación.
Seguramente, nadie discutirá que hay fotogramas en 'Salvador',
'JFK', 'Missing' o 'La caja de música' tan creadoras de referencia para una
generación como en 'El Padrino' o 'Amén'... así que estos dos directores deben
ser premiados igual que los otros dos.
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