El MOMA bien vale un viaje (I)
Por Adriana Blanco
Primer museo dedicado al arte moderno en
el continente americano, fundado en 1929 por un grupo de coleccionistas amantes
del arte, el MOMA es modelo de entidad artística privada y considerado el mejor
del mundo en su género.
Se creó con espíritu de vanguardia, para
entender, estudiar y disfrutar el arte de nuestro tiempo. Ubicado, actualmente,
en el corazón de Manhattan, no olvida su misión de conservar y registrar el
arte moderno, en sus diversas disciplinas: la pintura, escultura, arquitectura,
diseño, filmes, videos y fotografía. En su colección se encuentran los grandes
maestros del Siglo XX.
Recuerdo el edificio de la calle 53,
pequeño, con la sala 12 dedicada al 'Guernica' de Picasso. La gente hacía fila
para entrar a la sala que lucía como una capilla. También recuerdo cuando la
obra regresó a España y fue toda una conmoción artística. A su vez, me acuerdo
de las molestias de la ampliación y los trabajos arquitectónicos en el 2004.
Actualmente, es un verdadero centro cultural, que atiende los movimientos del
arte contemporáneo, con exposiciones temporarias que resaltan el espíritu
innovativo y el sentido de perspectiva histórica de la modernidad.
Lo visitan casi un millón de personas
anualmente. Me confiesa una voluntaria de información: “Este movimiento de
gente es todos los días y la cantidad de turistas europeos y asiáticos es
constante, pero también los americanos lo frecuentan”. María, la recepcionista,
que me conoce de la época del
MOMA sin ampliación, sabe de mis afanes y de mis
entrevistas con curadores y directores.
El MOMA es un poco mi casa, y eso le pasa
también a los neoyorquinos que lo sienten un museo que late con su corazón. “Yo
no me pierdo exposición” –me dice Henry Smith, publicista, que vive y ama Nueva
York y disfruta de “su museo”. En verdad, hay una multiplicidad de
actividades, exposiciones, cine, conferencias y hay que definir por dónde
empezar.
Cuando hablo con Kena de Prensa me cuenta
que me perdí la conferencia de la exposición “Yoko Ono: trabajos de 1960-1971”,
pero que puedo ver la inauguración de la gran exposición de fotografía: “De
Bauhaus a Buenos Aires: Greta Stern a Horacio Coppola”. Que empiece por la
exposición de arquitectura y que me quede en Nueva York una semana mas. Con gusto
lo haría.
LatinoAmerica en Construcción:
Arquitectura 1955-1980
Y siguiendo con las evocaciones, recuerdo
que el MOMA fue uno de los primeros museos americanos en presentar obras de
artistas latinoamericanos. En esta ocasión la “Mirada” gira hacia la arquitectura
latinoamericana, en el periodo comprendido entre 1955 a 1980, una época de
florecimiento económico, de desarrollo urbanístico y evolución de los estudios
arquitectónicos en el continente.
La importante exposición comienza con un
recorrido fílmico por los países de latinoamérica: Argentina, Venezuela,
Brasil, Colombia, Chile, Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Perú, México
y Uruguay, para continuar cronológicamente, mostrando maquetas, proyectos,
planos, dibujos, fotografías, y documentos de obras arquitectónicas de las
grandes urbes latinoamericanas. Tal vez, la museografía necesitaba más espacio
o enfocarse por países para concentrar el material.
Es difícil encarar una
exposición de arquitectura por la diversidad de contenidos, en este caso, mas
de 500 trabajos originales. No obstante, pudimos apreciar la creatividad e
innovación de grandes arquitectos como Oscar Neimeyer, Lucio Costa, Clorindo
Testa,Amancio Williams, Tomás José Sanabria, Rogelio Salmona, Luis Barragán,
por nombrar los más famosos. Vimos fotografías y maquetas de la capital
Brasilia obra del arquitecto Oscar Neimeyer, el Museo Nacional de Historia y
Antropología de México, obra de los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez, Rafael
Mijares y Jorge Campuzano.
El Banco de Londres en Buenos Aires del arquitecto
Clorindo Testa, la maqueta de las Torres del Parque de Bogotá, del arquitecto
colombiano Rogelio Salmona, Vimos, edificios públicos y casas privadas
construidas con nuevo sentido del espacio y uso de materiales locales; propuestas
urbanísticas y respuestas a la modernización, innovaciones de estilo,
adaptación a la idiosincracia de nuestros pueblos y su paisaje, un panorama de
la evolución de la arquitectura de Latinoamérica. Es la más importante
retrospectiva sobre arquitectura moderna hispanoamericana que se haya mostrado
en Estados Unidos, con un criterio de revaluación histórica dentro de la
modernidad.
Jacob Lawrence Serie de Migraciones y
otras visiones del Gran Movimiento Norte
Esta muestra marca el Centenario de la
llamada Gran Migración Afroamericana, de las zonas rurales del sur del país
hacia el norte industrial: Nueva York, Filadelfia, Pensilvania. Centrada en la
serie de 60 obras del artista Lawrence de su Serie Migratoria, se incluyen
aspectos del movimiento musical, fotográfico, literario y escritos
sociopolíticos, filmes y conferencias que completan la visión de toda una época
del arte americano y de la presencia artística de la comunidad afroamericana.
Quiero hablarles de Jacobo Lawrence,
quien pertenece a la generación de artistas afros. Nacido en 1917, en Nueva
Jersey, muere en el 2000, en Seatle. Realizó esta serie de temperas en 1941,
cuando solo tenía 23 años. Había sido hijo de la migración de sus padres del
sur al norte. Al separarse, la madre residió en Harlem donde Jacob pasó su
infancia y juventud. Para alejarlo de la calle, la madre lo impulsó a estudiar
Artes. Le gustaba porque trabajaba, pero siguió estudiando con la escultora
Augusta Savage quien le consiguió una beca y un trabajo fijo.
A partir de entonces,
Jacob se vincula al grupo del Movimiento del Renacimiento de Harlem. Él se
autodenominaba pintor expresionista o cubista dinámico, pero en realidad ha
creado su propio estilo a partir de su experiencia en Harlem y su definición
del arte. Durante la Guerra, se alistó en la Guardia Costera de Estados Unidos
y en los 70, se fue a vivir a Seatle con su esposa, la artista Gwendolyn
Knight.
Testigo del mundo afro, estudió en
documentos y archivos de la Biblioteca Pública de Nueva York aquel proceso
migratorio que sucedió después de la Primera Guerra Mundial. Fue el primer
artista negro en exponer en una galería de arte de Manhattan, y el primero en
exponer, en 1940, en el MOMA. Algunos críticos lo consideran pintor histórico,
su obra, sin duda, es testimonial, incluso socio-política, puesto que denuncia
las injusticias a la comunidad afro-americana.
La exposición presenta a su vez, un
panorama artístico y social de la época con manuscritos literarios, poemas de
escritores negros reconocidos como Langston Hughes, fotografías de Dorothea
Lange, Ben Shahn y otros. Asimismo, se explora el mundo musical de aquel
tiempo, con discos, filmes y fotografías de los grandes maestros: Marian
Anderson, Duke Ellington, Louis Armstrong, y otros cantantes cuyas músicas se escuchan
durante el recorrido. Un verdadero paseo por la Historia Americana en relación
con el mundo afro-americano, sus luchas, desvelos y aportes artísticos.
El MOMA es una caja de profecías sobre
las nuevas percepciones del mundo actual, un museo donde la dinámica de la
actualidad se manifiesta como nuestra sociedad: en cambios y mutaciones.
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