Oratoria y gimnasia
Por En Cierta Medida
Después de escuchar miles de
declaraciones de futbolistas y entrenadores, y curtido en cientos de horas de
'Estudio Estadio' e incluso de 'Chiringuito de Jugones', debo decir, y digo,
que estoy harto de que el mundo del fútbol odie la oratoria.
San Agustín decía
que el orador debe estar dispuesto a exponer con sabiduría y elocuencia; y si
no con elocuencia, porque no a todos le es dada, sí al menos con sabiduría,
para lo cual no es tan importante leer mucho las Escrituras y aprendérselas de
memoria como calar bien su esencia e indagar con ahínco sus sentidos. Los que
hablan con elocuencia, dice san Agustín, son oídos con gusto; los que
sabiamente, con provecho. ¿Por qué los futbolistas no aprenden a hablar en una
rueda de prensa con sabiduría y elocuencia? ¿Por qué es tan difícil escuchar
con gusto y con provecho a un tertuliano de 'Estudio Estadio' o del alucinante
chiringuito de Josep Pedrerol?
San Agustín es un defensor de la palabra,
de la elocuencia. Tertuliano, en cambio, rechazaba la elocuencia por entenderla
ostentación pagana, y consideraba suficiente la asistencia del Espíritu Santo,
como les había ocurrido a los Apóstoles: éstos no necesitaron de más recursos
para la propagación de la fe que la inspiración del Espíritu Santo, y es que
“Cristo prefirió al pescador y no al sofista como pregonero de su mensaje”.
No
pensaba así san Agustín. El predicador debe dominar todos los asuntos sobre los
que va a tratar así como todos los recursos elocutivos para poder ser un
instrumento útil a Dios. Del mismo modo, la palabra no es ostentación pagana en
un futbolista, y los tertulianos futbolísticos necesitan de algo más que de la
inspiración del Espíritu Santo para ser útiles a la propagación de la fe
futbolera en general o de la fe en el Barça o en el Madrid en particular.
No
vale decir que el fútbol prefiere al opinador de chigre antes que al sofista
porque, en este caso, el opinador de chigre puede ser perfectamente un docto
sofista formado en las complejidades de la oratoria. Es más, el ambiente
futbolero del chigre es inmensamente más sutil, sabio y elocuente que el
ambiente de una rueda de prensa tras un partido o el del plató de 'El
chiringuito de Jugones'.
El fútbol necesita más oratoria de chigre
y menos gimnasia verbal de Chiringuito. En cuanto a la política…
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