EDITORIAL / Mercadeo
Ni los periodistas que conviven a diario con los políticos
reconocen a los candidatos en los carteles para las elecciones del día 24, que
son autonómicas y municipales. Y ello porque ahora los carteles ya no están
ilustrados con fotografías, sino con retoques de Photoshop y otras herramientas
informáticas de manipulación de imágenes. Hasta el punto de que los cabezas de
lista ya no son seres humanos, sino virtualizaciones.
Y ello debe de ser una metáfora de la destrucción del
político por parte del 'marketing', que suena bien en inglés, pero no es otra
cosa que 'mercadeo' y en español suena peor... aunque refleja mejor el espíritu
de lo que son ahora las campañas: se trata de vender una propuesta concreta
frente a otras ofertas que se publicitan.
Puede que sea el signo de los tiempos, pero cuesta creer que
la gente vaya a poner su futuro en unos u otras manos como si eligiera qué
refresco se va a tomar. Sobre todo, porque ello daría la razón a los grandes
manipuladores de la Historia, como Adolf Hitler o Iosef Stalin... por no hablar
de Francisco Franco: "Sobretodo, que no se intranquilicen los
españoles", decía el gallego cada vez que su dictadura se enfrentaba a un
problema.
Sólo ha pasado más de medio siglo de aquello, pero todo indica
que Europa ya olvidó aquellas lecciones.
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