Que el último cierre la puerta

Por Joaquín del Río

La mejor prueba de que el PP perdió las elecciones del domingo –pese a lo que diga su presidente, Mariano Rajoy... también presidente del Gobierno de España– es la desbandada de altos cargos: ayer mismo, anunciaron su salida inminente los jefes regionales de Aragón, Baleares y Valencia; y se distanció de él su presidente en Castilla y León y parte de sus parlamentarios en el Senado.

Y ello porque la derrota de los populares no es tanto por la labor de los líderes territoriales como por la ejecutoria del Ejecutivo, con sus 'Bárcenas', sus 'Montoros', sus 'Werts' y sus 'Fátimas Báñez'... de modo que la situación no tiene arreglo sin sanear Génova y Moncloa.

Sobre todo, de cara a las elecciones generales de noviembre, cuando no habrá otra solución para el partido que la vuelta de José María Aznar, que parece su único líder inmaculado pese a que todo lo que está pasando es culpa suya... O ¿fue otro quien designó sucesor a Mariano Rajoy y el que puso la Economía española en manos del defraudador Rodrigo Rato?

En política las cosas no son sino lo que parecen; y todo apunta a que el marido de Ana Botella lideró el mejor momento del Partido Popular y el barbudo gallego lo ha llevado a su peor temporada... porque nadie sabe quién fue Hernández Mancha y porque no se recuerda lo que representó para la derecha la presidencia de Manuel Fraga.

Pero hasta los simpatizantes de la izquierda prefieren dejar atrás el pasado y hablar de "otras épocas" para centrarse en la actualidad... y proclamar que el mandato del mentiroso inquilino de La Moncloa es el peor de la reciente historia de España, excluido el de José Luis Rodríguez Zapatero, que pasará a los anales como el 'gran idiota' de todos los tiempos.

Así es que Rajoy caerá enseguida a manos de los suyos; y, si no, al tiempo...

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