El Papa verde

Es gratificante tener un Papa como Francisco; era necesario en estos tiempos donde hasta la Tierra resiente la ambición desmedida de los seres humanos.

Por Ileana Alamilla

El Pontífice ha criticado acremente a gobiernos y a grupos que detentan el poder económico; nada de lo que dice es ajeno a las mayorías, ni puede ser refutado.

Son verdades en boca de una alta autoridad de la Iglesia que, en discursos muy duros pero cargados de humanismo, se ha referido a la especulación financiera que provoca el aumento de los precios, al acaparamiento de las tierras, a la desnutrición y la pobreza.

La Encíclica Verde tiene un llamado a proteger el planeta. Va dirigido especialmente a los poderosos, a los grupos de poder y a las grandes multinacionales, haciendo la salvedad de que la “Iglesia no es comunista cuando habla de los pobres”, saliéndole al paso a cualquier intento de descalificación ideológica.

Publicaciones han revelado que en Centroamérica y el Caribe 2.5 millones de personas están en riesgo. Hay extensiones resecas, ganado con signos evidentes de desnutrición y suelos resquebrajados por una sequía crónica que amenaza la producción de alimentos. En Guatemala, la lluvia es irregular y ahora se dice por los expertos que la canícula se adelantó.

Una investigación reveló que más de la mitad de los principales acuíferos subterráneos del mundo se están agotando a un ritmo alarmante; 21 de las 37 mayores reservas subterráneas del planeta perdieron más agua de la que recibieron durante una década de observación de la NASA. California está golpeada por la sequía y está obteniendo ahora el 60% del agua que necesita de reservas frente al promedio del 40%. Ya aparecieron cientos de cangrejos muertos en una de sus playas.

Un experto de la FAO, entidad que insistentemente ha hecho llamados a la conciencia sobre el tema, indicó que cuanto más desarrollado es un país más preparado está frente a la sequía, pero eso no quiere decir que esté protegido. La alerta de que la próxima guerra en el mundo será por el agua, probablemente se va a cumplir.

¡Qué razón han tenido los despreciados ecohistéricos que han dedicado su vida y sus esfuerzos a crear conciencia! Ahora la misma NASA ratifica sus predicciones; bastante tarde, pero tal vez algo se logra rescatar si los responsables de la contaminación y de la destrucción del planeta entienden que el desastre será universal. El Papa, sin tapujos, los ha acusado de no reconocer la “deuda ecológica” que los países ricos tienen con los que están en vías de desarrollo.

El llamado es a un nuevo modelo de desarrollo basado en la sobriedad y la solidaridad, “es insostenible el comportamiento de los que consumen y destruyen más y más, mientras otros no pueden vivir”, dijo.

En Guatemala, la responsabilidad ambiental del Estado es inexistente. Como prueba, el ecocidio ocurrido en el río La Pasión. Vamos hacia la autodestrucción.

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