¿El que pierde gana y pierde el que gana?

Por Jorge de Quintes

Los análisis poselectorales siempre tienen una inmensa riqueza en la diversidad de lecturas. Ahora que ya se han constituido los ayuntamientos, se pueden sacar más conclusiones de los resultados de las municipales del 24 de mayo. La que más llama la atención es que el Partido Popular, que ganó las elecciones, es paradójicamente el gran perdedor. Ha tenido que entregar el bastón de mando de la mitad de las grandes ciudades donde tenía alcalde. De las diez principales capitales, solo conserva Málaga y ni esta con mayoría absoluta. Está claro que era el que más tenía que perder porque lo tenía casi todo, pero seguro que ni el más pesimista de sus analistas aventuraba tamaño batacazo. Es clarito el mensaje que le han dejado los votantes para las generales de fin de año. Una profunda renovación y un mensaje claro de lucha contra la corrupción o se sentarán en el banquillo de los suplentes.

El PSOE, por contra, con los peores resultados de su historia democrática recupera una sustanciosa cuota del poder perdido en los últimos desastres. Aprovecha el giro a la izquierda de los votantes, o el cansancio de los de la derecha y tiene unos meses para exponer en gobiernos locales y autonómicos sus ideas de gobierno. La renovación, al menos de caras, ya parece haber comenzado y ahora falta por ver el efecto de sus pactos con Podemos.

El partido de Pablo Iglesias se ha merendado a Izquierda Unida y puede seguir arañando papeletas en el granero socialista. Eso deja en posición difícil al nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez. Si se radicaliza para tapar a Podemos le ganará espacio por el centro Ciudadanos y si acude a tapar la brecha que puede abrir Albert Rivera se le puede colar por la izquierda Iglesias. Unas cuantas malas elecciones y los peores resultados le pueden apartar del poder de decisión en las Cortes. Además, Sánchez también tiene tarea en casa a cuenta de sus malas relaciones con Susana Díaz. En fin, los buenos políticos tiene que demostrarlo ahí, en la política y en el PSOE hay trabajo en abundancia.

Podemos es todavía una incógnita. Deberá definir si es simplemente anticapitalista y populista o se les pueden encomendar las esperanzas ciudadanas con garantías. Algo ha aprendido el 24 de mayo. La presentación en candidaturas de personas con tirón popular da unos réditos importantes. Manuela Carmena será una de las banderas desde el Ayuntamiento de Madrid y con sus primeras decisiones, como las de Ada Colau, los ciudadanos se harán una idea de por dónde va la opción.

Ciudadanos es la cuarta pata del banco con muchas expectativas que cumplir. En los pactos municipales se ha adaptado a todo primando las medidas sobre las ideologías del socio. No se podrá estar toda la vida jugando a ofrecerse a izquierda y derecha indistintamente porque los que votan quieren saber para qué van a servir sus sufragios.

Por delante, pues seis meses apasionantes para ver, oír, comprobar, reflexionar y votar con plenas convicciones de estar acertando. Esto para los electores. Para los políticos es tiempo de hacer política de una vez.

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