A la cama sin cenar
Por En Cierta Medida
Hegel decía que la filosofía es como
la lechuza de Minerva, que
inicia el vuelo al anochecer, lo cual nos indica el carácter reflexivo del
saber filosófico, puesto que esta invención de los griegos sería como la mirada
de la lechuza: registra todo lo que se produce a su alrededor y, sólo al final,
echa a volar. Pues bien, si esto es así, el horrible Jorge Javier Vázquez no
podrá ser nunca filósofo, puesto que, al igual que la lechuza de Minerva, inició el vuelo al anochecer
con su programa “Hormigas blancas”, al atardecer con 'Aquí hay tomate' y
parecería que a todas las puñeteras horas con 'Sálvame', pero carece de
carácter reflexivo.
¿Qué “reflexión” había en 'Hormigas blancas' o en 'Aquí hay tomate'? ¿Qué reflexión hay en 'Sálvame'?
Absolutamente ninguna. Las miradas de esas lechuzas no registran todo lo que se
produce a su alrededor, sino sólo lo que al horrible Jorge Javier Vázquez le
parece que puede proporcionar más audiencia a sus programas. No hay ninguna
reflexión en esas entrevistas a personajes estrafalarios y sin interés. Lo que
se diga acerca de Isabel Pantoja, de la vida de Olvido Hormigos, de las
andanzas de Belén Esteban o de las opiniones de Kiko Hernández no tiene ningún
interés. Pero es que, además, ni siquiera se hace una reflexión sobre ello y,
caso de que alguna vez, por equivocación, se haga, se queda en una simple
interpretación, lo cual tampoco sería filosófico.
Porque con “interpretar” la
realidad no es suficiente. Marx
decía que los filósofos, hasta ahora, se han limitado a interpretar el mundo,
pero de lo que se trata es de transformarlo.
Marx tenía aquí (y en muchos
otros sitios) mucha razón, y en ese sentido el horrible Jorge Javier Vázquez no
sólo es antifilosófico por antirreflexivo, en sentido hegeliano, sino que
también es antifilosófico en sentido marxista, puesto que cuando reflexiona
acerca de algo sólo es para cachondearse y mantenernos en lo que Kant llamaba “el sueño dogmático”.
Según Kant fue el filósofo
empirista Hume el que le despertó
de ese “sueño dogmático”: hace falta un Hume
televisivo, entonces, que nos despierte del “sueño dogmático” de los
horribles programas de Jorge Javier Vázquez. Hacen falta más Buenafuentes, por
ejemplo. Más Wyomings.
Condenamos entonces al horrible
Jorge Javier Vázquez a irse a la cama sin cenar por antifilosófico,
antihegeliano y antimarxista. Hala.
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