Editorial / Somos lo que Podemos
Podemos aspira a presentarse en, al menos, 25 concejos de
Asturias en las elecciones municipales de mayo –que también serán autonómicos y
habrá que ver si generales, a la vista del descrédito creciente del Partido
Popular– y lo hará bajo la marca 'Somos Asturies', lo que da un tinte bablista
a su propuesta que sólo puede ir en su contra.
Porque la querencia por la lengua asturiana es mucho menor
en esta tierra de lo que está la desafección por los partidos que está tras el
surgimiento de este movimiento. Así que un apellido en asturiano sólo puede
perjudicarles; de hecho, un cuarto de la gente que se proclama dispuesta a
votarles viene de la derecha y ésta nunca seguirá unas siglas como ésas.
Ya lo intentó Francisco Álvarez Cascos y aglutinó en torno a
sí a muchos bablistas. Y esa gente puede votar a Podemos... pero ni uno más. De
modo que Podemos echará a perder sus buenas perspectivas electorales en una
tierra donde tuvo buen resultado en las recientes elecciones europeas.
En realidad, algo de eso podía intuirse, a la vista de quien
manejaba el movimiento aquí. De modo que las cosas siguen donde siempre: en
Gijón, la alternativa de izquierda es el PSOE de José María Pérez y en Oviedo
la Izquierda Unida de Rivi... en Avilés, la cosa no está clara, pero Mariví
Monteserín puede ser una opción. Y en Asturias no hay más alternativa que
reelegir a Javier Fernández, aunque habrá un parlamento muy plural, en el que
Podemos entrará sin duda.
Cuentan las crónicas que la presentación de 'Somos Asturies'
fue una decepción; pero los meses que vienen serán apasionantes.
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