Editorial / Relevo sindical
El secretario general de la Unión General de Trabajadores en
Asturias no optará a la reelección, igual que su homónimo nacional, Cándido
Méndez. Ambos consideran que ha llegado el momento de regenerar el sindicato y
dejar paso a caras nuevas. Y hacen bien, porque la ola antisistema que
representa Podemos no sólo se dirige contra el bipartidismo (pentapartidismo,
en realidad: PSOE, PP, IU, PNV y CiU), sino también contra el bisindicalismo y
muchas instituciones del Estado (el rey Juan Carlos I fue el primero en caer, de hecho).
En realidad, la capacidad destructiva del movimiento surgido
del 15M está más que acreditada, aunque le ayuda mucho la podredumbre del
sistema (y la cara de cínico de Mariano Rajoy ayer en el Congreso la ilustra
perfectamente) y la soberbia del Gobierno, que legisla para los ricos sin
disimular y transmite que le tenía ganas a la gente menos pudiente.
Está menos demostrada su capacidad de construir una
alternativa, aunque presentó ayer su programa económico y habrá que darle vueltas.
Y también hay que estudiar sus posibilidades electorales reales, ya que la
cuarta parte de quienes dicen apoyarles son renegados del PP y la experiencia
demuestra que lo máximo que hace la derecha es abstenerse, pero nunca votar a
una fuerza de enfrente.
De modo que la pujanza de Podemos puede disolverse como un
azucarillo, víctima de las mismas maniobras políticas que le gusta criticar. En
Asturias, en concreto se ha dejado llevar por los cantos de sirena del
asturianismo y ésa es una fuerza más ruidosa que potente. Así que puede que
aquí haya tocado techo el mismo día en que se dio a conocer.
Pero empezaba este editorial hablando de sindicatos y debe terminar con ello. Sin Villa en el SOMA ni Braga en UGT, a los agentes sociales de esta región no los va a reconocer ni "la madre que los parió", como dijo un día el también saliente Alfonso Guerra.
Pero empezaba este editorial hablando de sindicatos y debe terminar con ello. Sin Villa en el SOMA ni Braga en UGT, a los agentes sociales de esta región no los va a reconocer ni "la madre que los parió", como dijo un día el también saliente Alfonso Guerra.
En Asturias no tenemos arreglo; los cantos de sirena se nos dan muy bien
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