Freakies
Por Joaquín del Río
No voy a dedicar una línea a la nueva bobada 'en diferido'
de Dolores de Cospedal –a propósito, otra vez, de la corrupción en su partido–,
ni a la negativa de Villa a ir hoy a la Junta General del Principado –donde fue
'capo di capi' durante décadas–, así que vuelvo la vista a casa para ocuparme
de las cosas de mi gente y me encuentro media profesión amenazada de despido.
Avisé hace tiempo de que 'El Comercio' había fichado como
entrevistadora a Mercedes Álvarez y acabo de encontrarme con que 'La Nueva
España' condena la corrupción en el SOMA, así que giro la vista a Madrid en busca de menos hipócritas y
encuentro allí a mis ex compañeros Pedro J. y Casimiro [García Abadillo, su
sucesor en la dirección de 'El Mundo'... uno de los colegas más grises que
conozco] enfrentados por el giro editorial del diario de la calle Pradillo.
Entretanto, los compañeros no cercanos a la política
sobreviven como pueden y hasta mis amigos hosteleros reniegan de lo que está
pasando. Pero todos están obsesionados con Podemos porque se han dado cuenta de
que algo de su época se está derrumbando.
Así que me tienta leer al híbrido Miguel Bosé apoyando a
Pablo Iglesias o ver a Paquirrín cantándole a su encarcelada madre. Al final,
va a resultar que los freakies son lo más inofensivo de lo que me rodea...
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