¡Pobre niño rico!
Por Joaquín del Río
La hija de Emilio Botín acaba de dejar a Rodrigo Rato sin su
millonario sueldo de asesor en el Banco Santander, donde cobraba 200.000 euros
al año por ayudarle en materia internacional. Y su despido coincide casi en el
tiempo con la retirada del título de 'Hijo Predilecto' por parte de Gijón,
donde hace años se paseaba conduciendo un súperdeportivo en compañía de una
rubia presentadora de TV muy conocida.
Lo siento por el hijo pequeño del poderoso Ramón Rato, con
cuyo chalet crecí al final del Muro de San Lorenzo y en cuya radio hice pinitos
como pinchadiscos. La emisora se llamaba Rueda Rato y tenía un centro en Gijón
llamado Radio Mar; de aquella época conservo aún buenos amigos y la costumbre
de consumir Trina, que fue también de esa familia.
Pero llegó la ministra ugetista Matilde Fernández y les
compró la cadena de radio para ponerla al servicio de la ONCE (la organización
de ciegos, por eso comparte acrónimo con ella ONda CEro); vendieron luego las
embotelladoras y su niño pequeño se enganchó a la fuerza emergente de José
María Aznar, para quien mintió sobre su currículum y dijo ser especialista en
Economía, cuando lo que estudió es Derecho.
Llevó sus trampas al Fondo Monetario Internacional y salió
por pies de allí cuando estaba a punto de ser desenmascarado; llegó a
CajaMadrid (que había destrozado Miguel Blesa, otro amigo de Aznar) y estafó a
la sociedad española al sacarla a Bolsa con el nombre de Bankia.
Y ahora cae a los infiernos al conocerse que era tramposo,
mujeriego, gastizo... pero no me da pena, porque tiene un patrimonio que ya
quisieran muchos y una moralidad de la que abominarían todos... ¡Pobre niño
rico!
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