Lo de El Musel
Por Joaquín del Río
Leo con interés toda información sobre la investigación de
Europa a la ampliación de El Musel, para construir el superpuerto, y recuerdo
que sobre su proyecto tuvieron responsabilidad tres presidentes: el pinturero
Miguel Ángel Pesquera (que diseñó una sopa de letras con las distintas
opciones), el eficaz Fernando Palao (que fue quien sacó adelante el proyecto,
frente a la oposición del entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez
Cascos –"van tabicanos la playa", decía... ¿se acuerdan?–) y el gris
Fernando Menéndez Rexach (que fue quien lo construyó).
Con los tres estuvo como director general José Luis Díaz
Rato (Rato... ¿les suena?) que fue también director de los trabajos; y que
mantenía desde su puesto excelentes relaciones con todos los partidos de
Asturias (desconozco si como Miguel Blesa con las tarjetas 'black' de Caja
Madrid, pero me consta que en la misma línea) y bajo sus órdenes directas
actuaba el conspicuo Barettino, un opusino muy diligente.
De todo aquel maraballu (en el que estaban partidos,
sindicatos, empresarios, etcétera) salió la mayor obra pública jamás abordada
en Asturias, incluida una regasificadora que el Gobierno de Mariano Rajoy no
quiere utilizar ahora porque necesita primar a los puertos de Bilbao y Vigo. Y
por el medio se cometieron dislates que son los que ha investigado la oficina
europea contra el fraude.
Me sorprende que no se hable más de Equo, que fue el partido
que denunció las anomalías y quien llevó el tema a Bruselas. ¿De verdad me
sorprende? En realidad, no; por razones que no vienen al caso, conozco muy bien
el tema y sé que ningún político puede tirar de la manta porque todos –y cada
uno– chuparon antes del teto. ¿Qué le vamos a hacer?
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