La herencia de Madiba
Por Joaquín del Río
Leo que el nombre 'Nelson Mandela' genera casi dos millones
de euros al año y me da vergüenza, porque la gente de la Fundación Princesa de
Asturias (antes Príncipe) me ha contado que el sudafricano es el premiado de
mayor calidad humana que pasó por el teatro Campoamor... lo que no es baladí
porque por Oviedo ha pasado lo mejor de lo mejor en treinta años.
Así que destacar en ese foro tiene mucho mérito, pero, con
tal de ganar dinero, mi especie es capaz de utilizar hasta la leyenda de un
hombre que pasó casi 30 años en la cárcel –por sus ideas políticas, mientras en
España esa condena no la tiene el más abyecto de los criminales–. Y de
pervertir su legado para poner su nombre a ropa de marca, libros... hasta vinos.
De modo que el suyo es el segundo nombre más conocido en el planeta tras
Coca-Cola.
La televisión sudafricana ha hecho un programa de
telerrealidad con dos de sus nietas ('Ser un Mandela', se llamó) y sus
exesposas se pelean judicialmente por su herencia patrimonial; y eso,
evidentemente, no está ni medio bien. Pero lo de comerciar con el nombre de un
símbolo de la Humanidad es que no tiene un pase... y espero no ver en el
mercado una colonia llamada Jesucristo ni nada parecido.
Me viene ahora a la cabeza el famoso cuadro de Goya sobre
Saturno mientras pienso que el capitalismo es capaz de devorar hasta a sus
enemigos. ¡Qué vergüenza!
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