Ultrafútbol
Por Phanatics
Reacciona escandalizado el mundo del fútbol al
descubrimiento de que tiene ultras en su seno que sólo utilizan el deporte como
excusa para sublimar su deseo de violencia. Y resulta increíble tanta
hipocresía porque la derecha extrema es dueña de los estadios de medio mundo desde hace tiempo,
aunque en España nunca se ha querido actuar contra ella porque esa gente mueve
mucho dinero.
Hubo en Gijón un tiempo en que un bar nocturno financiaba a
los extremistas del Sporting... hasta que estos destrozaron el local cuando
dejaron de percibir su dinero. Parte de la ciudad pensó entonces que quien
genera violencia acabará sufriéndola. Y eso pasa ahora con los boys del
Deportivo de La Coruña y el Atlético de Madrid, que se citaron a orillas del
madrileño río Manzanares para pelearse.
La juventud violenta siempre utilizó el deporte (y mi padre
lo hacía, así que sé lo que digo), excepto en el País Vasco de ETA, la alemania
nazi, el Ulster del IRA o cualquier Israel, donde hay movimientos estándar para
sublimar esas ganas de palos sin situarse en la marginalidad.
Pero nada de eso es nuevo y, si ha terminado en tragedia
esta vez, es por la negligencia de los mandos policiales que debieron evitarlo.
Así que habrá que pedirles cuentas.
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