Editorial / Sindicalistas en política
La Corriente Sindical de Izquierda (CSI) entra en política
de la mano de Podemos, una de cuyas candidaturas en Gijón domina absolutamente.
Y ello supone reescribir la doctrina de la izquierda, tanto porque hay una
enorme disparidad entre la línea rupturista del sindicato fundado por Luis
Redondo y la socialdemocracia de Pablo Iglesias como porque política y
sindicalismo siempre fueron vasos comunicantes, pero aislados; de ahí el PSOE y
UGT, o el PCE (luego, IU) y CCOO.
Igual no es el mejor momento para ensayar una estrategia
semejante –habría que decir–, a la vista del estado actual del Villismo, que
fue la única corriente sindical que intervino en política. Pero ya se sabe que
Asturias es distinta: aquí ensayan el PSOE y el PP la 'grossen koalitionen';
aquí han pactado la derecha nacional y el populismo (de Foro, en este caso; que
dijo inspirarse en el nacionalismo bávaro... del que surgió el nazismo, buff!)
y aquí ha pactado Izquierda Unida con todos: PSOE, PP, UPyD, Foro, Verdes,
Bloque...
El caso es que Podemos ha presentado en Gijón una
candidatura dominada por CSI que será difícil de apoyar por el electorado que
dice estar dispuesto a votar a la nueva formación. Entre el apellido
asturianista de Somos y el tufo sindical de su lista (está Cándido, así que no
engaña a nadie), da la impresión de que la gente de Podemos aquí sólo aspira a
echar a perder sus perspectivas...
Así que, después de tanto ruido, la cosa queda como siempre:
con Rivi como candidato de la izquierda en Oviedo y Josechu como alternativa
para Gijón, más Mariví como opción de izquierda en Avilés. Como en El
Gatopardo: a veces debe cambiar todo para que nada cambie.
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